.
Me llamo 2011, aunque todos me conocen con el poco original nombre de «el año nuevo».
Hasta hoy, apenas no tengo forma. No soy un año increíble, pero tampoco horrible. No soy brillante, ni opaco…
¿Cómo quieres que yo sea?
Quizá ya estés usando una agenda que lleva mi nombre y, como lleva mi nombre, tengo derecho a exigirte algo.
Deseo que me concedas un privilegio. Sólo uno. Quiero que me hagas EL MEJOR AÑO DE TU VIDA.
A ver ¿cuál de tus otros años te había pedido esto?
Te apuesto que NINGUNO. Yo sí, vengo y me planto con mis cuatro numeritos frente a ti, porque quiero ser el año en que te atrevas a hacer más cosas; el año en que pienses y actúes más en grande, en que compartas tus talentos y capacidades con mayor generosidad; el año en que tu mente, corazón y cuerpo produzcan mejores cosas, en una forma honesta, para tu beneficio y el de los que te rodean. El año en que más cariño y atención brindes a los tuyos.
Hoy, me uno a las despedidas hechas al año 2010. Ya se fue. Sus altas y bajas se fueron con él. Ahora me toca a mí.
¡Por favor! Disfrútame, úsame al máximo, lléname de experiencias, amor, risas, amigos, buenos momentos, esfuerzos y sueños y sobre todo diviértete mientras estamos juntos.
Quiero irme con el siguiente diciembre agotado, pero lleno de cosas buenas y con el privilegio de haber sido el mejor de todos.
Entonces habré logrado mi propósito:
Viviré para siempre en ti, porque no podrás olvidar lo increíble que fue nuestros tiempos juntos.
Con mucha ilusión, tu amigo
El año 2011